Una y otra vez se os presenta el problema de Cristo, y una y otra vez se intenta abrir vuestra comprensión del mismo, aunque depende de vuestro grado de amor que podáis comprenderlo. Pero innumerables almas en la tierra y en el más allá se enfrentan a este problema y les gustaría tener aclaración sobre enseñanzas en las que deberían creer y, sin embargo, no pueden adaptarse a ellas con convicción.

Por cierto, en la tierra solo hay pocos que piensan en eso, porque incluso una pregunta seria al respecto también sería respondida por Mí, Que, sin embargo, quiero que vosotros camináis en la luz y la verdad. Pero la gente simplemente deja a un lado apresuradamente lo que no puede captar y deja que sus pensamientos divaguen en otras direcciones ….

Pero las almas en el más allá, que no están completamente en los lazos del oponente, piensan en ello tan pronto como reciben un empujón, tan pronto como el nombre de Jesús les llega a la mente o ellos son recordados a Jesucristo desde otro lado. Y luego también se les debe dar una respuesta para que todavía puedan encontrarlo en el reino espiritual y clamarlo por gracia y misericordia, para la redención de su angustia. Porque mientras no hayan encontrado al divino Redentor, también estarán en defensa contra Mí, Que Yo Mismo cumplí la Obra de Redención en Jesucristo.

Y esta luz primero debe encenderse en ellos, para que Yo descendiera a la tierra por causa de la culpa del gran pecado de los hombres, que redimiera a todos los hombres de su pecado original, pero también para exigir el reconocimiento de la Obra de Redención y la conexión consciente con el Redentor de la humanidad, porque entonces la culpa original se extingue mediante el reconocimiento consciente de Mí Mismo y el regreso a Mí ahora tiene lugar, lo cual es imposible sin esta Obra de Redención.

Todo el mundo conoce el nombre de Jesús, pero no todo el mundo cree en Su misión …. que Él se convirtió en una envoltura para Mí Mismo a través de su gran Amor y que Yo ahora cumplí la Obra de redención en Él ….

Y no hay mucha gente en la tierra y tampoco en el reino del más allá que tienen este conocimiento al respecto. Pero si se les ofrece con sinceridad, entonces lo aceptan de buena voluntad, y pronto podrán entrar por las puertas de la felicidad, que, sin embargo, sin Jesucristo permanecerán cerradas para ellos.

La interminable distancia de Mí pone a Mis criaturas en un estado de infelicidad …. pero Mi amor constantemente quiere hacer feliz, Mi amor no quiere dejaros para siempre en la infelicidad. Y es por eso que Mi amor vino a encontrarse con vosotros y despejó el mayor obstáculo a un lado: la culpa del pecado de vuestra anterior apostasía de Mí …. sin embargo, vuestra redención exige vuestra propia buena voluntad, la admisión de vuestra culpabilidad y el pedido de perdón. Porque solo a través de esto vosotros los humanos Me reconocéis a Mi Mismo en Jesucristo y también Mi Obra de Redención.

El hombre Jesús fue solo la envoltura de Mí Mismo, que fue ocupada por un alma de luz y que albergaba Mi Espíritu en toda plenitud.

El cuerpo, el alma y el espíritu eran, por tanto, el Redentor divino …. una forma exterior, cuya alma luchó y logró la unión completa con el Espíritu del Padre desde la Eternidad y así el ser humano Jesús se fusionó completamente Conmigo, de modo que Dios y el ser humano eran Uno, que se podía hablar de una divinización del ser humano Jesús o también del fluir completo a través de mi fuerza de amor, que ahora también capacito al hombre Jesús para hacer este sacrificio que solo el amor divino podía lograr ….

Solo la capa exterior era humana, pero esta también se espiritualizó a través del amor, para que después de la resurrección Jesús pudiera ascender al cielo sin tener que dejar atrás el cuerpo humano, porque este último se había unido igualmente al alma y al espíritu a través de su doloroso sufrimiento y muerte en la cruz. Cuando vosotros, los humanos, habléis de Jesucristo, estáis hablando de Dios, de Mí Mismo, con Quien el hombre Jesús(Cristo) se unió completamente ….

Y así, Yo Mismo redimí al mundo del pecado, Yo Mismo descendí a la tierra, y Yo Mismo enseñé y obré a través de Él, porque siempre fue Mi Espíritu el que penetró en el hombre Jesús, porque Su amor era abrumador y quería ayudar a los hermanos caídos. Solo el amor podía traer la redención a los hombres, y este amor siempre está listo en la tierra como en el más allá para salvar las almas del pecado e introducirlas al paraíso ….

Amén